Hidratación en el entrenamiento: más te vale beber agua para no caerte redondo
¡Hola!
Seguro que más de una vez te has planteado empezar a hacer deporte para conseguir que desaparezcan esos kilos de más que te impiden verte los pies cuando entras a la ducha por las mañanas . ¡Adelante, estoy contigo! Deshazte de tus miedos y tira pa'lante, que no es tan duro como parece...
Hombre no te voy a engañar, al principio cuesta un poco. Lo más difícil será despedirte de esos brillantes donuts que te saben a gloria bendita cada tarde, pero cuando dejes de echarlos de menos todo vendrá rodado.
No te asustes ni pienses que vas a hacer el ridículo al lado de esos fornidos jovenzuelos que emplean términos tan cool como cross training, workout of day (WOD) o entrenamiento funcional en lugar de decir simplemente que van a hacer deporte. Te acabarás acostumbrando, ¡hasta sabrás lo que significan y tú también los usarás!
Y hablando de acostumbrarse. Hay algo a lo que deberías empezar a acostumbrarte desde hoy mismo: hidratarte adecuadamente metiendo tu botella de agua en la mochila.
Bebe agua antes, durante y después de hacer deporte si no quieres 'morir' en el intento. De lo contrario, puede que acabes la sesión con tal dolor de cabeza que el simple canturreo de un grillo al caer la noche te parecerá como el estruendo de un elefante cantando heavy metal entrando en una cacharrería.
La deshidratación de la que puedes ser víctima si te olvidas de beber agua durante el WOD (Workout Of the Day) puede hacer que desfallezcas. Y claro, que te dé un chungo el primer día que entras al BOX no te va a hacer quedar muy bien delante de los fornidos jovenzuelos… ¡qué bochorno!
5 consejos sobre hidratación en el entrenamiento
El mareíto tonto:
Esto no es un consejo, es una pista clarísima. Si notas que empiezas a marearte y estás dando más vueltas que un tonto en el box… amigo, algo estás haciendo mal.
La sensación es algo parecido a esto:
Primero antes de llegar al box y tras 15 o 20 minutos de entrenamiento vuelve a hidratarte. Los ritmos, en realidad, deberías ser tú quien los vaya marcando. Te conoces, ves los esfuerzos que vas haciendo y solo tú sabes si lo estás pasando bien, mal, regular o estás a punto de que te dé un telele.
Cuanto más esfuerzo estés haciendo, más necesitarás reponer y, si sabes leer entre líneas, verás que es tu propio cuerpo el que te pedirá que le eches gasolina.
Ante la duda, ¡un lingotazo de agua!
Hidratación sí. Inundación no:
A ver, alma de cántaro. No vayas de un extremo al otro: no te bebas 2 litros de agua del tirón como los peces del villancico.
Hay que beber agua RA-CIO-NA-LI-ZAN-DO-LA. ¿Lo ideal? Que cada 10-20 minutos te bebas unos 200 mililitros (más o menos la mitad de un XoomShaker).
Así mantienes el cuerpo hidratado durante todo el entrenamiento sin necesidad de tener dos litros de agua llenándote la barriga, que eso tampoco ayuda…
Calambres…¡Atrás!:
¿Te acuerdas cuando de pequeñitos nos decían que no se junta el agua con el enchufe para evitar calambres? Bueno, pues empieza a desobedecer a tu madre porque aquí es al contrario.
Para evitar tan dolorosas descargas y latigazos que se sienten cuando estamos entrenando…¿adivinas lo que tienes que hacer? ¡Sí amigo! Hay que hidratarse.
Un músculo hidratado es un músculo sano del que obtendrás un mejor rendimiento, además de que el peligro de lesionarte será mucho menor. ¡Un 2x1 vamos!
Pero, ¿y estos ‘Camachos’?:
Otro aspecto que te irá indicando que tienes que beber agua es el sudor que vayas echando…
Si de repente notas que tienes más calor del normal, o si con tu camiseta se puede exprimir zumo, es el momento de beber agua.
¡Ojo! No todo el mundo suda del mismo modo, porque desde luego no creemos que lo de Camacho se hubiera arreglado con una botellita de Lanjarón… pero te prometemos que el agua puede ser tu amiga.
El agua ayuda a regular tu temperatura corporal y, además, mantener el cuerpo hidratado de forma equilibrada, elimina más toxinas y transporta mejor los nutrientes, vitaminas y minerales necesarios a los tejidos y articulaciones mientras entrenamos.
¡Fíjate en ti!:
Si vas al gimnasio con tu amigo y él se bebe 10 botellas de agua y suda 5 camisetas no seas borrego e intentes copiarle. La cantidad de agua que necesita tu cuerpo dependerá de muchos factores como edad, índice de grasa corporal, la intensidad del entrenamiento, tus medidas…
Por eso, no te dejes llevar por lo que hace tu amigo y ‘ve leyendo’ lo que te va pidiendo tu cuerpo.
¿Nos ha quedado entonces claro la importancia de hidratarse durante el entrenamiento? Ponte en manos siempre de profesionales si quieres llevar un control de tu alimentación y estado de forma, así como de la manera correcta en la que has de hidratarte.
Antes, durante y después de tu sesión de cross training, pégate un trago a nuestra salud. O, mejor dicho, a la tuya.